Esta serie es una maravilla desde el principio hasta el final. Frank Underwood es un congresista al que el nuevo Presidente acaba de hacer una jugarreta al prometerle el cargo de Secretario de Estado para negárselo al ganar las elecciones. Desde ese momento (primeros minutos del episodio 1), Frank Underwood se dedica a manipular, engañar, engatusar, convencer, etc, etc, a cualquiera que le sirva a su propósito: vengarse.
Kevin Spacey es el mejor, simplemente el mejor actor de su generación. Me ha gustado en todo lo que ha hecho y en el papel del congresista está a veces tierno, a veces amenazador, a veces inquietante, a veces gracioso y siempre interesante. Es toda una interpretación Shakespeariana, no es casualidad que justo acabase de hacer de Ricardo III en los escenarios.
Robin Wright como Claire Underwood, la mujer del congresista, está también estupenda. Queda muy lejos de "La Princesa Prometida", pero sigue siendo igual de guapa, sino más. Su personaje es a momentos tan odioso o más que Frank Underwood. Está clara su falta de escrúpulos, su ambición, su avaricia, todo debajo de una capa de fría indiferencia (se parece a tu jefa seguro).
Siempre lo digo, pero en este caso los secundarios están especialmente geniales. Sobre todo Corey Stoll como Peter Russo, un congresista con problemas al que Frank Underwood manipula a placer. Y Kate Mara como Zoe Barnes, una periodista que haría lo que fuera (y lo hace) por una buena historia. Tan buena actriz como su hermana Rooney Mara (Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres).
Si tuviera que definirla, diría que ver "House of Cards" es como ver "Todos los hombres del Presidente", pero desde los dos lados. Los ambientes nocturnos de Washington DC, las oficinas de periódicos y del gobierno son los escenarios en los que se desarrollan intrigas que hacen pensar. Si esta gente es la que nos gobierna, no me extraña que el mundo vaya como va. Menuda panda.
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