jueves, 22 de agosto de 2013

Instinto Básico (Paul Verhoeven, 1992)

Esta película se estrenó en 1992, hace ya 21 años. Ese tiempo permite ya juzgar con perspectiva, sin el hype, escándalos y contexto de la época. Yo la ví en el cine entonces, y recuerdo que me gustó. Por supuesto había mucho morbo. Era la película del momento, todo el mundo hablaba de ella, de lo caliente que era, de una Sharon Stone que se convirtió en mito erótico de la noche al día, de las protestas de los grupos de gays por el tratamiento supuestamente homófobo de la trama. Pero todo eso ha quedado atrás.

La vi alguna vez más cuando la ponían en canal plus, pero hace muchos años que no la veía. Me he hecho con una copia en Bluray para una calidad perfecta (sorprendente este formato, aprecias muchos detalles que te habías perdido, y en esta película es doblemente importante ;-) sí, se ve todo). Y me ha sorprendido por varias razones.

Es una película sumamente entretenida. Lo era entonces y lo es ahora. No decae un momento la atención, Sharon Stone o no Sharon Stone. De hecho, esa es una de las cosas más interesantes: su personaje, Catherine Trammel escritora millonaria y sospechosa de asesinato, planea toda la película. Pero la historia es en realidad la del personaje de Michael Douglas, Nick Curran. Policía con problemas y un turbio pasado que se obsesiona con la chica a la que tiene que seguir por San Francisco ... Espera...Esto me suena un huevo a algo.....Esta vez he caído en la cuenta de que esta película es "Vértigo".

Sorprendente que nunca me haya dado cuenta con lo que me gusta Hitchcock y "Vértigo" en concreto. El cine del mago del suspense está presente en todo el metraje. Planos como los de la escalera descendiendo, los asesinatos, las vistas de San Francisco, las rubias etc,  son Hitchcock puro. Suma a eso pinceladas de cine negro en atmósferas, personajes, y situaciones, y te acercas muy mucho a la fórmula de "Instinto Básico".

El guión de Joe Estzerhas es un clásico. El tío lo escribió en diez días y lo vendió en dos días a Carolco por la mayor suma alcanzada nunca por un guionista. No es raro que se pagara la suma record de 3 millones de dólares. Los personajes, que son lo que diferencia a un guion bueno de uno mediocre, son roca pura de sólidos. El tópico es que el de Sharon Stone es una maravilla. Sí, Catherine Trammel es un personaje maravilloso, y su desarrollo es genial. De témpano de hielo provocador y soberbio pasa a ser a veces una niña pequeña enamorada (o lo parece), y luego manipuladora y calculadora. Y nunca sabemos quién es realmente.

Pero es que el personaje de Michael Douglas es igual de bueno, sino mejor: es exáctamente el reflejo de Catherine en el espejo del género (de nuevo Hitchcock, a quien encantaban las imágenes de espejos y los reflejos de protagonistas unos en otros). Nick tiene impulso asesino y lo sabe, y la película bucea en esa mente del asesino con brillantez. Catherine se rodea de asesinos, de drogadictos y alcohólicos. Y Nick es todo eso, se salta la ley contínuamente a pesar de ser policía. Lo hace de manera compulsiva: mata, bebe, conduce a lo loco. No puede evitarlo, para él no es un juego. Para Catherine sí. Sólo es una niña aburrida que quiere emociones fuertes. Hedonismo puro. ¿Hasta donde llega para divertirse?¿Hasta el asesinato?

¿Y el sexo? Cuando se estrenó, parecía envolverlo todo. Ahora lo veo como algo sumamente secundario. No va de eso. El sexo es una más de las obsesiones de Michael Douglas. De hecho, se pasa bebiendo y fumando compulsivamente toda la película. Es otra pincelada más que dibuja su personaje con precisión, pero la principal es la compulsión de matar, no la sexual.

La cinta ha envejecido muy bien. A pesar de las grandes pantallas de ordenador de fósforo verde, la ausencia de teléfonos móviles, y que se pueda fumar en todos los sitios, que solo le dan un encanto vintage, es un thriller que podría hacerse hoy mismo. O no. Parezco el abuelo Cebolleta, pero ya no se hacen películas con tramas tan complejas y personajes tan buenos. Esta es una película pre-efectos especiales por ordenador, pre-Parque Jurásico y Matrix, pre internet. Pre todo. En realidad, ya es cine clásico. Tiene más en común con las películas de los 40 y 50 que con el cine actual. Principios de los 90 fue posiblemente la última época de cine clásico antes de que todo cambiara. Lo mismo pasa con la música ("El Silencio de los Corderos", "Sin Perdón", "Nevermind", todo de la misma época)

Mención especial a los espectaculares secundarios (Jean Tripplehorn como psicóloga), y todo el elenco de policías, y la espectacular y cuidadísima fotografía en exteriores e interiores de Jan De Bont (antes de dirigir bodrios como "Twister"), y el magnífico pulso de Paul Verhoeven para servir todos los ingredientes en su justa medida.

El tiempo lo cubre todo de arena, solo lo grande queda sobre la superficie, y esta es una película que sin ser arte, sigue asomando la cabeza 21 años después. Es buen cine.

PD: el poster es buenísimo.

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