lunes, 28 de enero de 2013

Robert Rodríguez, rebelde sin pasta.

Reconozco que nunca le había prestado demasiada atención a este director/montador/guionista/compositor= cineasta, estadounidense. De hecho aún no he visto la mayoría de sus películas. Pero le admiro muchísimo, especialmente después de leer su libro "Rebelde sin pasta" (Rebel without a crew), donde narra con mucha gracia el periodo que le llevo a convertirse en un director conocido a los 23 años.

El tío, más listo que el hambre, viendo que no podía permitirse estudiar cine, decidió montarselo por su cuenta y lo más importante: SIN DINERO. Había estado haciendo cortos y más cortos desde sus catorce años con la cámara de sus padres, usando a amigos y familiares como actores. Hasta ahí todo normal, todos lo han hecho. Lo curioso viene cuando a principios de los noventa se decide a rodar su primera película.

Sabe que no va a conseguir trabajo en ningún estudio, así que piensa que si consigue una cámara, él lo puede hacer todo. Lo único que tiene que pagar es la película. Hace cálculos, y llega a la conclusión de que le costará más o menos 9000 dólares. Todo este proceso lo va contando con pelos y señales en el libro.

En el verano de 1991, se interna durante un mes como cobaya humano en un instituto de Austin, Texas, donde por 3000 se somete a tests de nuevos fármacos. Durante ese tiempo, escribe su primer guión. Le han dicho que para escribir guiones lo que hay que hacer es escribir tres...y tirarlos a la basura. El no está de acuerdo con esa teoría y se inventa la suya propia.

 Escribirá los guiones, y por muy malos que sean los rodará. Esa será su escuela de cine. Y de paso ganará dinero, porque las películas que haga, por muy malas que sean, las venderá en el mercado de video en español para el sur de Estados Unidos, donde la calidad es tan baja que incluso las suyas serán competitivas.

Cuando consigue sus 3000 dolares después de mil peripecias, con su primer guión bajo el brazo, toma prestada una cámara de 16 milímetros, compra un poco de película, y simplemente se pone a rodarla en una ciudad pequeña de México. Conoce la zona, ha escrito el guión con lo que tiene disponible.

Ha visualizado la película en su cabeza plano a plano antes de rodarla y todo su equipo es él y su cámara, con lo que ahorra por todos los sitios. No hay luces (un par de focos de ferretería), no hay maquillaje, la banda sonora es un colega con una guitarra que graba con su grabador de casette y un micro. Tarda catorce días en rodar. Prepara un trailer de dos minutos para poder enseñar por ahí. Con eso y unos cuantos cortos, se va a Los Angeles a tratar de vender la película para video en español.

Le tratan de engañar y trapichear, pero la película está claro que interesa. Ls hacen una oferta de 25.000 dólares. Astutamente, no ha dicho que al final le ha costado rodarla 7000 dolares en total. También contrata un agente, que, sorpresa, empieza a mover el material en grandes estudios (Disney, Columbia, Trista)r. Y ahí empieza a conseguirlo.

Todo el mundo alucina con la película, con sus cortos, y le empiezan a hacer ofertas que superan todos sus sueños y expectativas. Mientras duran las negociaciones, él no tiene para comer en su ciudad, pero cuando va a Los Angeles, se hospeda en los mejores hoteles de la ciudad. La Columbia compra la película, la envía a festivales, y gana un montonazo de premios (Sundance). Hasta ahí llega la historia.

La película era "El Mariachi". En 2011 ha sido seleccionada por el Congreso de Estados Unidos para "preservación por ser histórica, cultural o esteticamente significativa" (junto con otras como Ciudadano Kane). Luego rodó las continuaciones, pero ya como profesional. "Desperado" (1995), con Antonio Banderas y Salma Hayek, y "Erase una vez en Mexico" (2003) con Johnny Depp y Antonio Banderas. Su estilo de rodaje de guerrilla se ha convertido en la inspiración de muchos cineastas indies.

Todo su conocimiento lo comparte en divertidos videos llamados "10 minute film school" en internet y en sus DVDs. Un gran tipo que consiguió su sueño saliéndose por la tangente y haciendo siempre lo que le apeteció.

jueves, 24 de enero de 2013

Peliculas nominadas a los Oscar: Lincoln

Pues sí, me ha parecido mejor película que Argo. Las películas, la música, y el arte en general, además de tener un componente subjetivo de me gusta-no me gusta, también se pueden y se deben ver objetivamente. Las películas son como los zapatos; están mejor o peor hechas.

Y Lincoln se lleva la palma. Formalmente es una maravilla. Una fotografía magistral de Januz Kaminski, casi toda en interiores iluminados con velas y luz de gas, o sea complicada, un diseño de producción que te pone directamente en el siglo XIX, un vestuario...pero esto es lo obvio. Spielberg no iba a escatimar en reproducir fielmente la época.

Lo realmente interesante es cómo se cuenta la historia de la aprobación de una ley para hacerla atractiva a una mayoría de público del siglo XXI. Y ahí es donde la película triunfa.

Para empezar la ley en cuestión es la 13va enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, que abolía la esclavitud en el país. No fue una ley cualquiera. Era LA ley. Y Spielberg consigue transmitir todo el peso histórico de lo que vemos y traspasarlo al momento actual que vivimos en el que al igual que entonces, está claro que el sistema no funciona y hay que cambiarlo. El conflicto no es la Guerra Civil, aunque está muy presente a todas horas como trasfondo. El conflicto es que Lincoln sabe perfectamente que la esclavitud es éticamente abominable, que tiene que acabar con ella, y que en realidad el país en su conjunto (norte o sur) no quiere, y tampoco tiene los votos necesarios.

Y es el retrato de lo que debería ser el liderazgo político. Lincoln no hace nada ilegal, pero sabe lo que tiene que hacer, y no le tiembla la mano (una frase usada por otros políticos que no llegan ni a moco de Lincoln) a la hora de sobornar, prometer, calcular, manipular y lo que haga falta para conseguir un objetivo histórico.

El guión hace entretenido un tema en principio denso, y a pesar de que las críticas digan que es una película aburrida, o que "hay que leer sobre el periodo para entenderla" a mi no me lo ha parecido. Ahí reside el gran talento de Spielberg como comunicador de masas; hace comprensible cualquier cosa a un niño de cinco años. Eso sí, no es una película veloz, no es un videoclip. Se toma su  tiempo en todo. Se podría decir que es lenta, pero eso es una virtud. El siglo XIX era lento. Carruajes, telégrafos...Es realista. Transmite la tranquilidad de una época que no consideraba una virtud ir siempre a mil por hora. Desde una mentalidad del siglo XXI eso puede parecer lento, claro. Si esperas ver Matrix, aquí no la vas a encontrar. Juega a la Play o a la Wii.

No es una película de efectos especiales, pero se podría decir que hay uno. Igual que en "Jurassic Park" (Parque Jurásico, 1993) los dinosaurios volvían a la vida, aquí el efecto especial se llama Daniel Day Lewis. Simplemente, te olvidas de que estás viendo un actor. Estás viendo a Abraham Lincoln. Es igual que en las fotos históricas, pero se mueve, camina y habla. Como ver al Tiranosaurio vivo. Es la misma sensación. Si no le dan el Oscar al mejor actor, es porque le han dado otros dos, y por no sentar el precedente de darle uno cada vez que trabaja.

Mención especial también para Tommy Lee Jones como el republicano radical Stephens.

Después de años esperando, no me ha decepcionado lo más mínimo. Esperaba algo así. Una gran película.

domingo, 20 de enero de 2013

Películas nominadas a los Oscar: Argo

Iba a ver "Lincoln" este fin de semana, pero al final he visto "Argo". Ya veré la de Spielberg esta semana que viene. Además, "Argo" se estrenó en octubre, y han reestrenado, con lo que no podía dejar pasar la oportunidad. La verdad es que no me arrepiento nada, he disfrutado de cada momento de la película.

Ben Affleck es ya un director a ser tenido muy en cuenta. "Argo" es su tercer largometraje. No he visto los otros dos, ni sus cortos, pero en este demuestra un pulso narrativo tremendamente efectivo. En una palabra, te tiene pegado a la butaca todo el tiempo sin poder despegar los ojos de la pantalla. Y eso es la marca de un gran director y de una gran película; atrapar al espectador en los primeros 5 minutos. Siempre sabes cuando estás en buenas manos, y en el caso de "Argo", lo estás desde que empieza hasta que acaba. Sorprendentemente, no ha sido nominado al Oscar al mejor director de 2012, error subsanado por su Globo de oro hace una semana justo. No he visto las demás, pero lo merece.

La historia está basada en hechos reales. Con las comprensibles licencias dramáticas, narra la odisea de 6 funcionarios de la embajada americana en Teheran que se logran escapar y no son tomados como rehenes en la crisis de 1979 que tumbó la presidencia de Carter. Sin saber exáctamente lo que pasa al final es mejor, por supuesto, pero la película funciona igualmente si se sabe cómo acaba históricamente el incidente.

De manera absolutamente inteligente, Affleck deja claro desde el principio que esto no es una peli de buenos y malos. En un montaje de imagenes de archivo da un motivo más que válido nada más empezar del cabreo de los fundamentalistas islámicos que de hecho fue lo que provocó la revolución que llevó a Jomeini al poder. Tampoco se recrea ni describe a Irán como un país atrasado ni a la gente como medieval, sin dejar de enseñar la realidad del país en toda su crudeza. Al contrario, vemos que la gente es competente, profesional y diversa, y dibuja un Irán no tan alejado como pueda parecer en un principio de los mismos EEUU. Se aleja de estereotipos y simplicidades para ofrecer una imagen compleja de un país que es complejo y diverso.

El guión es soberbio y funciona como un mecanismo de relojería para dar toda la información relevante en los momentos precisos, y mantener la tensión. Digno de tío Oscar.

La ambientación de la época es simplemente perfecta. Estás en 1979-1980. Todos los detalles están ahí; la ropa, los peinados, el tabaco en las oficinas, los muebles, los posters, las televisiones, las cámaras... No es fácil, y muchas películas fallan en ambientar épocas relativamente recientes. Mucho más sencillo los años 30. Unos trajes, un par de coches consiguen el truco.

La historia de la película dentro de la película es maravillosa y el tono de comedia para las escenas de Hollywood está perfectamente dosificado para aliviar la tensión. Y eso es lo más difícil. Siempre se dice que hacer comedia es más difícil que hacer drama, y que hacer las dos cosas a la vez es el más difícil todavía, porque es retratar la vida tal cual es: comedia y drama.

La interpretación de Affleck es muy buena por su contención; a base de miradas, gestos tranquilos, sin aspavientos, en planos de segundos, logra contar exáctamente cómo se siente su personaje en cada momento. Los secundarios están todos maravillosos; Alan Arkin como productor, John Goodman como el personaje real de John Chambers, el hombre detrás de los efectos visuales de "El Planeta de los Simios", y los actores desconocidos (hasta ahora) que hacen de los diplomáticos.

Merecidísimo el Globo de Oro a la mejor película no musical del año, y para Affleck como director. Salí del cine pensando que "Lincoln" posiblemente no me guste más que esta gran película.

jueves, 17 de enero de 2013

Esperando a ver "Lincoln"

Por fin mañana la espera llega a su fin: "Lincoln", de Steven Spielberg se estrena en España. Para mí es una espera de muchos años, no solo desde que se anunció el rodaje a mediados de 2011.

La película está basada en el libro "Team of Rivals" de la historiadora Doris Kearns Goodwin, que leí en 2008 coincidiendo con las elecciones de EEUU (lo he vuelto a leer el año pasado). Curiosamente, Obama también estaba leyendo el libro y le influyó incluso en la selección de sus ministros. No fue casualidad que eligiera a Hillary Clinton, su principal rival en las elecciones, para Secretaria de Estado justo como Lincoln seleccionó a William Seward, que estuvo a punto de convertirse en presidente. De ahí el título de "equipo de rivales".

El guion se basa en una pequeña parte del libro, los últimos meses de la vida del presidente cuando consigue pasar la enmienda constitucional que acaba con la esclavitud para siempre. El libro sigue las vidas no solo de Lincoln, sino de sus rivales políticos. Un gran libro, pero imposible de adaptar si no es centrándose en alguna parte.

Parece ser que Spielberg se ha superado a sí mismo (y eso es mucho decir). Todas las críticas son increíbles y está nominada a 12 oscars nada menos. Yo espero muchísimo del film: porque el libro es uno de mis favoritos, porque lleva anunciándose años, y porque por lo visto Daniel Day Lewis no interpreta a Lincoln, se transforma en el mejor presidente de los EEUU. No creo que vaya a decepcionarme. Lincoln está muy cerca del corazón de Spielberg (no hace falta más que ver las referencias en su cine), y así es como salen las grandes obras. Poniendo el corazón.

sábado, 12 de enero de 2013

High Fidelity

He vuelto a ver estas navidades High Fidelity (2000, Stephen Frears). Siempre me ha encantado la película (el libro no lo he leído).

Rob Gordon, el personaje de John Cusack hace listas de todo, pero sobre todo de música. El conoce el tema, tiene una tienda de música, y las listas reflejan claramente sus gustos personales, como toda buena lista. Ahora con Internet en pleno apogeo, me imagino que Rob tendría 10 blogs. De hecho, no estaría mal una continuación en la que Rob se ha casado con su novia Laura, pero por supuesto sigue sin ser feliz, aunque se ha convertido en un productor musical de éxito (y ese era uno de sus 5 trabajos ideales). Es solo una idea, por si alguien se anima.

El que no me caía bien era el personaje que hace Jack Black. El me parece un tío genial fuera de la pantalla, igual que Dave Grohl. Pero en la peli hace de Barry, el colega de John Cusack que trabaja en la tienda, y el personaje es bastante puñetero. Cuando un cliente llega preguntando por Stevie Wonder, él le da la vuelta no sin antes hacerle la vida imposible. Un snob de la música, que cree que sabe más que nadie y que lo que los demás escuchan es basura. La banda sonora de la película lo deja claro también, cerrando con un "I Believe (When I fall in love it will be forever)" de Wonder en su mejor momento que funde el metal.

Son snobs de la música, de estos que si buscan en google un grupo y salen más de dos fotos ya no les gusta, y además son peter pans que se niegan a crecer. Así que High Fidelity no se pasará de moda, por lo menos de momento y probablemente por muchos años, porque presentan a personajes que son y serán cada vez más comunes. Quieren vivir en su mundo y perseguir sus sueños aunque no ganen mucho dinero. Así Rob se decide a montar una discográfica para sacar un disco con los skateboarders y Barry forma su grupo (que está claro que no llegará lejos).

Los secundarios son de lujo: Tim Robbins, Catherine Zeta-Jones (haciendo un personaje de chula-estúpida probablemente sin esforzarse demasiado), Joan Cusack (en el papel de la hermana de John Cusack, este si que tiene que haber sido fácil), Lily Taylor y una Lisa Bonet para comérsela.



martes, 8 de enero de 2013

Un día en la playa

Un día en la playa en pleno verano con colegas ya mola mucho. Ahora imagínate que ese día es un 15 de agosto de 1965, en plenos años 60. Y ahora imagínate que el sitio donde estás es Malibú, en un chalet en la misma playa, y que tus colegas son Paul Newman, Natalie Wood, Jane Fonda...Eso es precisamente lo que pasa en este glorioso video super 8.

Paul Newman tomándose unas birras, pegándose un chapuzón, y jugando al volleyball, una Jane Fonda de 20 pico años en bikini tomando el sol y charlando con amigas, Natalie Wood leyendo una revista poniéndose aún más morena. La imagen misma de la felicidad. Solo le falta ponerle una canción de los Mamas and the Papas para que el video sea perfecto.